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martes, 12 de agosto de 2025
lunes, 4 de agosto de 2025
DE LLAMADOS A TRANSFORMADOS POR CRISTO
DE LLAMADOS
A TRANSFORMADOS

I.
¿CÓMO JESÚS ELIJIÓ A SUS DISCÍPULOS?
Cuando la gente piensa en los doce
discípulos de Jesús, muchos imaginan que Él fue caminando al azar y dijo: “Tú,
tú y tú… vengan conmigo.” Pero eso está muy lejos de la verdad.
Jesús no eligió por intuición
humana. Él eligió con propósito, revelación del Padre y dirección del
Espíritu.
Veamos cómo realmente sucedió esto:
“En aquellos días él fue al monte a orar,
y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y
escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles.”
(Lucas 6:12-13)
– Pedro: pescador impulsivo.
– Mateo: recaudador de impuestos odiado.
– Simón el Zelote: revolucionario político.
– Judas: sí, aún él fue elegido con propósito, aunque después se perdió.
¿Por qué no eligió a fariseos,
doctores de la ley o escribas?
Porque Jesús no buscaba
títulos, buscaba corazones moldeables. Él podía formar pescadores en
apóstoles… pero no podía usar a orgullosos que ya lo sabían todo.
“Y estableció a doce, para que
estuviesen con Él, y para enviarlos a predicar.”
(Marcos 3:14)
El orden es clave:
1.
Para que
estuviesen con Él → relación, intimidad, identidad.
2.
Y luego para
enviarlos → función, asignación, propósito.
No los eligió solo porque eran buenos
trabajadores, sino porque estaban dispuestos a dejarlo todo cuando los
llamó.
Esto enseña algo poderoso:
Jesús eligió a sus discípulos:
1.
Después de orar
toda la noche.
2.
Con dirección del
Padre, no por vista humana.
3.
No por
capacidades… sino por disponibilidad.
4.
Para relación, no
solo para función.
5.
A sabiendas de
sus debilidades, pero con un propósito eterno.
“Jesús no llama a los perfectos…
llama a los que están dispuestos a seguirlo, dejarlo todo y dejarse formar.”
Muchos creen que el proceso terminó
cuando Jesús los llamó…
Pero no. El proceso apenas empezaba.
Porque el Reino no se edifica solo
con llamados. Se edifica con gente transformada, corregida y procesada
en lo oculto.
II. JESÚS NO SOLO ELIGIÓ… ÉL DESNUDÓ LO QUE
CARGABAN POR DENTRO.
Jesús no los eligió perfectos, pero
tampoco los dejó iguales.
Cada uno tenía una crisis interna
que debía ser tratada:
·
Pedro: valiente, pero inestable y mal hablado.
·
Juan y Jacobo: amorosos, pero al principio violentos y
orgullosos (Lucas 9:54).
·
Tomás: honesto, pero lleno de dudas.
·
Simón el Zelote: con pasado de guerrilla política.
·
Mateo: despreciado por todos, con heridas sociales
profundas.
"El que no toma su cruz y me
sigue, no es digno de mí." (Mateo 10:38)
Jesús no les dio un programa
teológico con tres módulos y una graduación.
Los llevó al campo de batalla de su interior.
Ejemplos reales de formación directa:
·
A Pedro le dijo:
“¡Apártate de mí, Satanás!” (Mateo 16:23)
Porque aunque hablaba con fe… su mentalidad era religiosa.
·
A los hijos del trueno (Juan y
Jacobo) les dijo:
“Vosotros no sabéis de qué espíritu
sois.” (Lucas 9:55)
Porque querían llamar fuego para destruir ciudades.
·
A Felipe le cuestionó su incredulidad
en Juan 14:9
“¿Tanto tiempo hace que estoy con
vosotros, y no me has conocido, Felipe?”
Jesús los puso en escenarios
para sacar lo que tenían oculto:
·
En la tormenta del mar (Mateo
8:23-27)
·
En la multiplicación de los panes
(Juan 6)
·
En Getsemaní
·
En la cruz
Jesús vivió con ellos,
comió con ellos, durmió cerca de ellos, lloró con ellos.
Esto enseña que la verdadera
formación del Reino es relacional, no académica.
Muchos quieren predicar como Jesús,
pero no quieren vivir con la gente como Él vivió.
Aquí viene la parte que nadie quiere
decir:
Jesús eligió a doce… pero uno se perdió.
Judas fue parte del proceso, oyó las
enseñanzas, vio los milagros, y aún así vendió al Maestro.
¿Por qué?
Porque estar cerca no
significa estar rendido.
Jesús eligió discípulos sabiendo:
·
Que estaban rotos, pero podían ser
restaurados.
·
Que fallarían, pero podían ser
levantados.
·
Que serían confrontados, pero no
rechazados.
·
Que serían enviados… pero
solo después de ser transformados.
“Jesús no solo te llama por tu
potencial… te forma por tu proceso, y te envía por tu transformación.”
¡Vamos con todo, Osviel! Aquí tienes
la PARTE 3 de la enseñanza: “¿Cómo eligió Jesús a sus discípulos?”,
ahora entrando en la fase de activación, envío y delegación de
autoridad. Esta parte es más intensa, más profunda y más
confrontativa, ideal para sacudir estructuras religiosas y encender a los
verdaderos discípulos que no solo quieren aprender… sino manifestar el
Reino.
Jesús no solo llamó, no solo formó,
no solo corrigió…
Él activó y delegó autoridad real a
quienes pasaron el proceso.
Hoy muchos quieren ser usados,
pero sin pasar por la poda.
Quieren ser enviados, pero sin morir a sí mismos.
Pero Jesús nos muestra que la autoridad se da a los quebrantados, no a
los talentosos.
“Entonces, llamando a sus doce
discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos, para echarlos fuera, y
para sanar toda enfermedad y toda dolencia.”
(Mateo 10:1)
Aquí hay una revelación:
·
No les dio un horario.
·
No les dio un uniforme.
·
No les dio fama.
Les dio poder (exousía) y autoridad
(dunamis).
Eso significa: capacidad espiritual legal para representar al Reino.
¿Por qué de dos en dos?
·
Porque solos se podían creer más que
los demás.
·
Porque el Reino se manifiesta en
unidad, no en competencia.
·
Porque el compañerismo te
recuerda que tú no eres el centro, sino parte de un cuerpo.
Hoy en día hay muchos “ungidos sin
cobertura”, “llamados sin comunión”, “profetas solitarios”…
No les dijo: “Vayan y hablen lo que
sientan.”
Les dio un mandato con dirección específica:
1.
No ir por camino de gentiles aún
(dirección estratégica).
2.
Sanar enfermos, resucitar muertos,
echar fuera demonios (manifestación del Reino).
3.
No llevar oro ni plata (dependencia
del Padre).
El Reino no se expande con ruido, se
expande con precisión.
Jesús no usó manipulación
emocional para motivarlos.
No les prometió aplausos, sino cruz.
No les ofreció plataformas, sino persecución.
Jesús les dejó claro:
"Si me rechazaron a mí, los van a rechazar a ustedes. Pero ustedes no
van por ustedes… van por mí."
Aunque los activó en poder desde
Mateo 10…
en Lucas 22, aún estaban discutiendo quién sería el mayor.
El poder sin carácter solo es espectáculo.
Jesús activó, sí.
Pero el proceso no se detuvo ahí.
La cruz, la resurrección y Pentecostés seguirían formándolos aún más.
Jesús no solo eligió y transformó a
sus discípulos…
También los envió con poder, dirección y propósito.
·
Los activó en autoridad real.
·
Los envió con instrucciones, no con
emociones.
·
Les advirtió que el precio sería
alto.
·
Y siguió trabajando en ellos, incluso
después de enviarlos.
El envío no cancela el proceso. Lo
profundiza.
“Jesús no te activa por tu pasión, te
envía cuando tu carácter puede sostener lo que tu llamado va a desatar.”
Aquí llega la PARTE 4 de esta
enseñanza reveladora:
“¿Cómo eligió Jesús a sus discípulos?” – De enviados… a restaurados y
empoderados.
En esta parte entramos a un
terreno más profundo, más íntimo y más glorioso: el proceso después
del envío, donde muchos fallan, retroceden o se rompen… y donde Jesús no
los descarta, sino que los restaura, los reencuentra y los llena de
fuego verdadero.
Porque en el Reino el envío
no es el final… la restauración es lo que te establece.
Muchos enseñan sobre el llamado y la
activación…
Pero pocos entienden que todo verdadero discípulo también necesita ser restaurado.
Porque ser enviado no significa que no vas a fallar…
Significa que cuando falles, Jesús ya preparó el fuego para devolverte
al diseño.
Pedro fue el primero en decir:
“Aunque todos te nieguen, yo no.”
(Mateo 26:33)
Pero fue el mismo que, horas
después, juró que ni lo conocía.
Y no una vez… sino tres.
Pero Jesús no lo desechó… lo fue a buscar.
Después de la resurrección,
Jesús no apareció con reproches, sino con desayuno.
Jesús prepara comida para alguien que había fallado públicamente.
Porque el Reino no se edifica con juicio… se edifica con gracia
transformadora.
Y luego, viene la restauración:
“Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?”
(Juan 21:15-17)
Le preguntó por amor. Porque el amor correcto te restaura más que el
miedo.
Y tras esa conversación, le
devuelve su asignación:
“Apacienta mis ovejas.”
“Cuida lo que antes no cuidaste.”
“Te caíste como soldado… pero te levanto como pastor.”
Después de esto… viene Hechos 2.
Pentecostés.
¿Y quién fue el que predicó con poder
ese día?
¡El mismo que había negado a Jesús!
Ese Pedro…
– Ya no estaba impulsado por su orgullo.
– Ya no necesitaba demostrar nada.
– Ya no hablaba por emoción… hablaba por revelación y restauración.
Tomás dudó…
Felipe no entendía…
Juan se quebró…
Todos huyeron…
Pero todos fueron
reencontrados, restaurados y llenos.
Vino sobre reconciliados.
Porque en el Reino, no se
trata de no haber caído… se trata de haber vuelto con el corazón entero.
¿Sabes por qué muchos no son usados
por Dios hoy?
No porque no tengan llamado.
Sino porque nunca aceptaron ser restaurados.
– Se escondieron por vergüenza.
– Se encerraron por miedo.
– Se endurecieron por orgullo.
– O se quedaron atrapados en lo que fueron… en lugar de creer en lo que Dios
puede rehacer.
Jesús eligió a sus discípulos:
·
Sabiendo que fallarían.
·
Formándolos con fuego.
·
Enviándolos con poder.
·
Y restaurándolos con gracia.
Porque en el Reino:
No te usan por lo que sabes… te usan por lo que venciste.
“El que fue roto, pero no se rindió…
está más cerca del fuego de Pentecostés que el que nunca fue quebrado.”
Aquí llega la Parte 5 y final de
esta serie explosiva y reveladora sobre cómo Jesús eligió, formó,
activó, restauró y envió a sus discípulos. Esta parte no solo
cierra… sella el mensaje con autoridad del Reino, llevando al
oyente a entender cuál es el verdadero modelo apostólico y de formación
espiritual que Jesús dejó, y por qué hoy debemos volver a ese
patrón si queremos ver fuego verdadero en la Iglesia.
Prepárate para una descarga
de profundidad, estructura, y confrontación santa, con un llamado claro a
reformar el discipulado en este tiempo final.
Hasta ahora vimos cómo Jesús:
·
Eligió no por apariencia, sino por revelación (Lucas
6:12-13).
·
Formó con carácter, no con teorías (Lucas 9:55;
Mateo 16:23).
·
Activó con autoridad, no con cargos (Mateo 10:1).
·
Restauró con gracia, no con juicio (Juan 21).
·
Llenó con poder a los quebrantados, no a los más sabios
(Hechos 2).
Ahora vamos a ver lo más fuerte:
Qué hizo Jesús con ellos después de que recibieron el fuego.
Porque Pentecostés no fue la meta… fue el punto de partida.
Los discípulos no fueron solo
predicadores itinerantes.
Fueron columnas apostólicas sobre las cuales Cristo
comenzó a edificar su Iglesia.
Pedro abrió las puertas del Reino en
Hechos 2.
Juan recibió el Apocalipsis.
Tomás llevó el Evangelio hasta la India.
Felipe fue arrebatado en el Espíritu.
Mateo escribió para los judíos.
Todos vivieron como mártires, no como celebridades.
Hoy hay miles de “discípulos” que son
producto de:
– Cursos cortos de membresía.
– Conferencias motivacionales.
– Programas rápidos de capacitación ministerial.
Pero Jesús no formó líderes
así.
Él caminó con ellos, los confrontó, los corrigió, los activó, los
restauró y luego los soltó con respaldo del cielo.
Y esto te lo digo sin filtro:
“Una iglesia sin discípulos
verdaderos se vuelve un evento con gente sentada… pero sin columnas para
sostener la gloria.”
La estrategia de Jesús fue invertir
tiempo en pocos… para impactar a muchos.
Hoy queremos llenar templos…
Jesús quería llenar corazones con el Reino.
– Él no buscó multitudes, aunque lo
seguían.
– Él no se dejó llevar por aplausos.
– Él invirtió su vida en 12 que transformarían generaciones.
Y eso nos confronta:
Después de Pentecostés, estos hombres
se convirtieron en:
·
Predicadores ungidos.
·
Intercesores de alto nivel.
·
Apóstoles enviados.
·
Pastores de ciudades enteras.
·
Mártires que no negociaron su fe.
¿Y sabes qué es lo más fuerte?
¡Jesús no eligió a ningún plan B
después de resucitar!
No dijo: “Fallaron, voy a elegir otros.”
Él confió en ellos… hasta el final.
Y si tú crees que has fallado
demasiado…
Recuerda esto:
El mismo Jesús que eligió a Pedro,
después de su negación…
es el mismo que te eligió a ti… con todo lo que ya sabía que ibas a hacer.
Jesús eligió a sus discípulos:
1.
Con oración, no
con apariencia.
2.
Por
disponibilidad, no por perfección.
3.
Para comunión, no
para cargos.
4.
Para proceso, no
para fama.
5.
Para activación,
restauración y envío con poder.
6.
Y para ser
columnas, no solo asistentes de iglesia.
“Jesús no busca seguidores
emocionales… busca discípulos que puedan sostener el Reino con carácter, fuego
y fidelidad.”
Señor, que todo el que lea esta
enseñanza sea sacudido en su interior.
Que no se conforme con ser parte del montón, sino que clame ser parte de tu
plan.
Activa en ellos el fuego de un llamado real, el hambre por tu formación,
y la humildad para dejarse procesar, confrontar, restaurar y enviar.
Hazlos columnas, no espectadores.
Hazlos discípulos… no solo miembros.
Hazlos tuyos… y del Reino.
Dios les bendiga, amén
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