Capítulo 4
¿Por qué no se sanan más personas?
T.L. Osborn
Romanos 10:17
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra
de Dios
Nunca se desarrolla por nuestra “compasión”.
Nunca se desarrolla la fe por “lástima”.
Nunca se desarrolla la fe por conversar sobre
los dolores y los sufrimientos, flaquezas y enfermedades de la víctima. “La
fe es por el oír… la Palabra de Dios”. Nuestra fe SE DESARROLLA CUANDO
OÍMOS LA PALABRA DE VERDAD.
Es nuestro DEBER decir la verdad al pueblo.
Jesús dijo: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” Juan 8:32. Él
es la verdad. Si queremos ver las masas humanas libertadas de la esclavitud de
la dolencia, DEBEMOS predicarles la parte de la Palabra que las liberta de
enfermedades. La verdad es esto: CRISTO QUIERE CURARNOS A TODOS o si no, no
hubiera sufrido las llagas por las cuales “fuimos nosotros curados” Isaías
53:5
Entonces surge la pregunta: ¿por qué no sanan
más personas?
Es
por falta de enseñar y predicar esta gran verdad. En lugar de quedarnos al lado de los lechos de
las multitudes de enfermos apiadándonos de sus sufrimientos y dando a entender
que “debe ser la voluntad de Dios llevarlos”; o que debe ser para “enseñarles a
tener paciencia”, o tal vez “mantener un mayor acercamiento al Señor mediante
la enfermedad” debemos “DECLARAR GUERRA CONTRA TODA FORMA DE ENFERMEDAD
ejerciendo nuestra autoridad sobre toda forma de poder demoníaco mediante el
Nombre poderoso y triunfante de JESUCRISTO, ministrando liberación a los que sufren.
Si la salvación es para todos, la cura divina es para todos
Nunca dudamos que sea la voluntad de Dios salvar
incluso al más vil y al más indigno. ¿Cómo estamos seguros de que es así?
Porque se nos ha enseñado la VERDAD acerca de este tema. Fuimos enseñado desde
la infancia que la salvación es para TODOS los que creen, porque “Dios
amó de tal manera al mundo que ha dado a Su hijo unigénito para que todo aquel
que en él crea no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16
Si hubiésemos sido enseñados acerca de la cura
para el cuerpo tan positivamente como fui9mos enseñados en cuanto a la
salvación del alma, el pueblo creería tan rápidamente para recibir la sanidad,
como lo hacen para recibir la salvación.
Si pensamos que Dios operaba milagros y sanaba en
el pasado, pero no quiere hacer lo mismo en el día de hoy, estamos diciendo que
es un Dios que “era” más que el Dios
que “es”. Pero yo digo enfáticamente
que Él es el Gran Yo Soy, YO SOY EL SEÑOR TU SANADOR. Ahora
mismo Dios está diciendo: “Yo Soy el Señor
que TE sana”. Mañana Él será eso mismo. Estará curando a los enfermos que
lo buscarán mañana, porque seguirá siendo el GRAN YO SOY. No puede haber duda;
Él continúa concediendo sanidad a TODOS los que se llegan a Él creyendo en Su
Promesa. Mateo 9:29 “Conforme a vuestra fe os
sea hecho”;
Santiago 1:6. “Por
tanto pida con fe, no dudando nada”
La sanidad espiritual y física
La cura en la Biblia es tanto física como
espiritual.
Los dos dardos que Satanás ha tirado contra la
humanidad son pecados y dolencias. Ambos entraron en el mundo por la
desobediencia de Adán y Eva. Sobre ambos dardos, se anuncia la victoria que
Cristo trajo al mundo: La SALVACIÓN y la SANIDAD. La liberación del pecado y de
la enfermedad. Creo que se puede declarar de estas dos formas: “La SALVACIÓN
del pecado y la enfermedad” o “la SANIDAD del pecado y la enfermedad”. Ambos
remedios están en una sola expiación sufridos por un sacrificio o por un
Sustituto. Tiene un mismo significado decir SANADO o decir SALVO y es para
ambos: alma y cuerpo.
El hombre no salvo y enfermo, no sería completo
siendo salvo sin ser sanado de su enfermedad después de escuchar esta verdad
proclamada.
Un pecador curado sería incompleto si aún
tuviera sus pecados. La persona es perdonada de estos males espirituales cuando
su físico es “salvo”, esto es CURADO. ¿Por qué? Simplemente porque ha aceptado
la expiación.
¿Cómo puede esta persona aceptar apenas una
mitad de los beneficios, después de saber la verdad? Llegó a ver a Jesús, el
Sacrificio ensangrentado, llevando tanto sus ENFERMEDADES como sus pecados.
Esto es la “verdad que liberta a los
hombres” tanto en sus cuerpos como en sus almas.
En nuestras campañas evangelísticas, siempre
predicamos una provisión plena, doble, invitando a los “no salvos” a aceptar a
Jesucristo, que los “sana” y los “salva” del pecado. El resultado es liberación
del cuerpo y del alma por igual. El cuerpo y el alma son siempre libertados
juntos, si el pueblo cree en esto.
Pablo dice:
1Corintios
6:20
Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Nos mandó a usar tanto
el cuerpo como el espíritu para glorificar a Dios. Ambos fueron “comprados por buen precio”
El hombre Paralítico
No es de admirar que Jesús
dijese al hombre paralítico: “Hijo, tus pecados te son perdonados” Marcos 2:5. Cuando él se levantó, tomó
su cama y anduvo, dejó atrás sus pecados con sus enfermedades. Fue por esta
razón que Jesús preguntó:
Marcos 2:9.
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te
son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?
Si Jesús hubiese dicho a
ese hombre qu sus pecados fueron lavados; su enfermedad tendría también que
salir, pues el remedio para los dolores fue provisto en la misma expiación e
Isaías 53:5 ya había declarado: El fue herido por nuestras rebeliones… y por
sus llagas fuimos nosotros curados.
Si Jesús hubiese
ordenado que este hombre se levantara y anduviera, entonces sus pecados también
tendrían que salir.
¡Oh! ¡Cómo el pueblo
carece del conocimiento de la plena libración doble!
La palabra griega
traducida “salvo” en Romanos 10:9 (serás salvo) es la misma palabra usada
por Marcos 6:56 cuando escribe: Y todos
los (enfermos) que lo tocaban SANABAN. Ambas palabras “salvo” y “sanaban” fueron
traducidas de la palabra griega sozo.
Es conveniente que
aquellos que están en contra de la sanidad divina aprendan el sentido de estas
palabras en el texto griego. Observen que estas palabras que se encuentran en
los siguientes versículos fueron traducidas de la misma palabra griega sozo.
Salva - Marcos 5:23
Salvo - Marcos 16:16
Salvo - Lucas 8:36
Salvo - Hechos 2:21
Sanado- Hechos 14:9
Salvos - Efesios 2:8
Salvo - Lucas 18:42
Salvará - Santiago 5:15
Salvo - Marcos 5:34
Sanarán - Marcos 5:28
Salvos - Lucas 17:19
Sanado - Hechos 4:9
Sanado - Hechos 4:12
Sanaban - Marcos 6:56
No hay necesidad de que
los creyentes estén enfermos. No toleramos el pecado en nuestras vidas porque
Jesús llevó nuestros pecados. No necesitamos tolerar las enfermedades en
nuestros cuerpos, porque Jesús llevo nuestras enfermedades. El TOMÓ sobre Sí
nuestras enfermedades (debilidades) y llevó nuestras dolencias (molestias)
Mateo 8:17
Para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo
tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Isaías 53:4
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y
nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido
1 Pedro 2:24
Quien llevó él mismo nuestros pecados en su
cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados,
vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
SABEMOS que Jesús llevó
nuestros pecados. Si Él los llevó, no necesitamos llevarlos nosotros.. Si
necesitamos llevarlos, Jesús no necesitaba llevarlos. Si necesitamos llevarlos,
entonces fue en vano que Jesús los llevara.
El Evangelio muestra
claramente que Él los LLEVÓ y por tanto, SOMOS REDIMIDOS DE ELLOS y así JAMÁS
NECESITAREMOS LLEVARLOS.
Los creyentes en su
conjunto, han sido llevados a creer que, a pesar de ser redimidos de sus
pecados, deben seguir sufriendo sus enfermedades, porque “puede ser que no sea la voluntad de Dios curarlos”. SABEN que Él lo
podría hacer, pero sin CERTEZA DE SU VOLULNTAD, continuarán padeciendo con
paciencia la enfermedad que consume sus cuerpos.
¡Imagine! ¡La dolencia
consumiendo el propio cuerpo “comprado
por buen precio”; sí, el precio del Hijo de Dios! ¿Eso le parece razonable?
¡No! y ¡Mil veces No!
Soy castigado por las
masa de creyentes tan mal enseñadas. ¡Cómo difieren estas tradiciones de la
Palabra de Dios!
Bosworth dice: “Cuando pregunto a un creyente si cree que
sea voluntad de Dios sanarlo y él responde que no sabe si es o no Su voluntad,
entonces le pregunto si es LA VOLUNTAD DE DIOS CUMPLIR SU PROMESA”
Ciertamente es una
pregunta muy razonable de hacer a los que dudan si es la voluntad de Dios SANAR
A TODOS los que están enfermos.
Quiero repetir: la razón
por porque más personas no son curadas es porque les falta la predicación y la
enseñanza de estas verdades. Dado que la fe viene por el oír, y el oír por la
Palabra de Dios, entonces, si queremos que el pueblo tenga fe para
recibir la sanidad divina, DEBEMOS proclamarles estas verdades bíblicas que
sirven para edificar la fe para recibir esta bendición.
¿Cuántos pecadores
serían salvos si el predicador nunca predicase un sermón sobre la salvación?
¿Y si cuando decide
predicar sobre la salvación, basara su discurso en los siguientes puntos
principales?:
1. Puede no ser la voluntad de Dios salvarte.
2. Tal vez tu pecado sea para la gloria de Dios.
3. Permanece resignado en tus pecados, hasta que Dios te quiera salvar.
4. Ya pasó el tiempo de los MILAGROS (conversiones).
¿Cuántas almas se
salvarían y cuántos pecadores recibirían fe para convertirse a través de sus
mensajes?
Lamentablemente estos son casi los únicos puntos enfatizados que los
enfermos oyen en cuanto a la sanidad; así es fácil comprender por qué un mayor
número de personas no se sana hoy día.
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