sábado, 16 de noviembre de 2024

POR NADA ESTEIS AFANOSOS (Filipenses 4:6)


En cuanto a la ansiedad y el afán, algunas reflexiones son:
  • La ansiedad y el afán son consecuencia de la falta de confianza en Dios. 
  • La preocupación comienza cuando la fe se acaba. 
  • La fe es un remedio para la ansiedad. 
  • Dios pide vivir por fe y no por vista. 
  • La persona afanada tiene la mente dividida. 
  • El afán no resuelve los problemas, sino que los agrava. 
  • La ansiedad puede causar alteraciones en el organismo, como fatiga, trastornos cardiovasculares, desórdenes gastrointestinales, problemas en la piel, entre otros
  • Puede transformarte en una persona enojada, acusadora, molesta, te quita la paz, no te deja dormir, te enferma, crea toxinas en tu cuerpo. 

  • Los afanes y las inquietudes que produce la vida presente son una consecuencia de la falta de confianza en Dios. La preocupación comienza donde se acaba la fe. Un remedio para la ansiedad es la fe. Dios nos pide que vivamos por fe, no por vista, pero nuestra naturaleza caída tiene la tendencia a todo lo contrario.

POR NADA ESTEIS AFANOSOS (Filipenses 4:6)

Introducción:

El afán, esa inquietud y ansiedad constante por alcanzar nuestras metas y deseos, puede consumirnos y apartarnos del camino de Dios si no lo manejamos correctamente. Sin embargo, las Escrituras nos ofrecen sabiduría y guía para controlar nuestros deseos y dirigirlos hacia Dios. Acompañemos nuestras reflexiones mientras exploramos cómo podemos controlar el afán y encontrar paz y plenitud en la voluntad de nuestro Señor.

La Importancia de Dirigir los Deseos a Dios (Salmo 37:4):

Comencemos con el Salmo 37:4, que nos recuerda la importancia de dirigir nuestros deseos hacia Dios. Cuando nuestros corazones están alineados con los deseos de Dios, Él nos concede las peticiones de nuestro corazón. Esto no significa que Dios nos concederá todo lo que queremos, sino que nuestros deseos estarán en armonía con Su voluntad y propósito para nuestras vidas.

La Importancia de Alinear los Deseos con la Voluntad de Dios (Filipenses 2:13):

En Filipenses 2:13, se nos enseña que Dios obra en nosotros tanto el querer como el hacer, según Su buena voluntad. Esto significa que nuestros deseos deben alinearse con la voluntad de Dios, permitiendo que Él moldee y guíe nuestros anhelos y aspiraciones. Cuando nos sometemos a la voluntad de Dios, encontramos paz y satisfacción en Sus designios para nosotros.

Los Deseos como Reflejo de los Anhelos del Corazón (Proverbios 13:12):

Proverbios 13:12 nos recuerda que los deseos no cumplidos pueden causar desánimo y desesperación. Nuestros deseos son reflejos de los anhelos más profundos de nuestro corazón, y cuando no se cumplen, pueden llevarnos a la tristeza. Sin embargo, cuando nuestros deseos están alineados con la voluntad de Dios, encontramos consuelo y esperanza en Su promesa de cuidarnos y proveernos.

Los Deseos como Motivadores de la Oración (Salmo 145:19):

El Salmo 145:19 nos asegura que Dios escucha y atiende los deseos de aquellos que le temen y lo invocan en verdad. Nuestros deseos pueden ser poderosos motivadores para la oración, llevándonos a buscar la dirección y la intervención divina en nuestras vidas. Cuando presentamos nuestros deseos a Dios en oración, confiamos en Su soberanía y bondad para responder según Su sabiduría perfecta.

La Amonestación de Controlar los Deseos Carnales ( 1 Juan 2:16):

1 Juan 2:16 nos advierte sobre los deseos carnales que nos alejan de Dios y nos conducen al pecado. Estos deseos egoístas y mundanos pueden enredarnos en la búsqueda de placer y satisfacción temporal, alejándonos de la plenitud espiritual que encontramos en Cristo. Es crucial discernir entre los deseos que nos conducen a Dios y aquellos que nos apartan de Él.

La Necesidad de Evaluar y Purificar los Deseos (Salmo 139:23-24):

El Salmo 139:23-24 nos insta a examinar nuestros corazones y deseos delante de Dios, permitiendo que Él nos guíe en el camino de la vida eterna. Al evaluar y purificar nuestros deseos a la luz de la verdad divina, podemos encontrar claridad y dirección en nuestras decisiones y acciones. La búsqueda de la voluntad de Dios debe ser nuestra prioridad suprema.

Controlar los Deseos como Señal de Madurez Espiritual (Gálatas 5:24):

Gálatas 5:24 nos enseña que aquellos que pertenecen a Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Controlar los deseos carnales y vivir según el Espíritu Santo es una señal de madurez espiritual y compromiso con Cristo. Cuando permitimos que el Espíritu Santo gobierne nuestros deseos, experimentamos libertad y victoria sobre el pecado.

La Promesa del Cumplimiento de los Deseos Justos (Proverbios 10:24):

Finalmente, Proverbios 10:24 nos asegura que los deseos del justo serán cumplidos. Cuando nuestros deseos están alineados con la voluntad de Dios y buscamos Su reino y Su justicia, Él nos concede las peticiones de nuestro corazón. Confiamos en Su fidelidad y bondad para satisfacer nuestras necesidades y cumplir los deseos que están de acuerdo con Su perfecto plan.





NO TE AFANES

Mateo 6:25-34 RVR1960

25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?

28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;

29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.

30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?

31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?

32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

 Puntos principales

Como hemos estado viendo, Jesús subió a un monte para que la audiencia de ese lugar pudiera escucharle mejor. Algunos escritores aseguran que el sermón del monte es el fragmento de enseñanzas de la vida de Jesús más conocido por el mundo entero, pero también argumentan que es la parte menos comprendida, por lo tanto, menos obedecida.

En medio de este discurso, Jesús hace una prohibición a toda la audiencia y les dice: No se afanen. No se preocupen de tal forma que sea desmedido y lleguen a la ansiedad. Jesús estaba pidiendo que no permitamos que nuestras vidas se distraigan por estas preocupaciones. La preocupación deshabilita, mientras que la fe habilita. 

Pero, definamos el afán: es la entrega al trabajo con una actitud angustiada, es una aflicción de ánimo. El estado de ansiedad produce en nosotros agitación. El afán y la ansiedad radican en el problema de cómo nos relacionamos con el mundo.

En la raíz griega de la palabra afán que aparece en Mateo 6:25, nos da la idea de alguien que tiene una mente dividida, que está en medio de dos pensamientos. Pero entonces, bíblicamente ¿dónde podemos decir que radica el problema de la ansiedad? Quiero darte dos causas principales de cómo surge la ansiedad en nuestras vidas:

1. Se origina en la ausencia o en la pérdida del dominio propio.

Esta es la razón espiritual principal de la ansiedad en nuestras vidas. Poder, Amor y Dominio propio, son tres manifestaciones del Espíritu Santo que encontramos en el libro de 1 Timoteo, y son manifestaciones que están directamente relacionadas con las personas de la Trinidad. El poder representa el Espíritu Santo, el amor representa a Dios como padre, y el dominio propio se refiere a Jesús, quien es la palabra viviente con la cual renovamos nuestra mente.

La primera causa de la manifestación de ansiedad en nuestras vidas tiene que ver con la ausencia del dominio propio, con la poca revelación o el abandono a la revelación de la obra redentora de Jesús en nuestras vidas. La función del dominio propio es proporcionarnos el discernimiento para elegir entre aquellas cosas que nos edifican o aquellas que nos destruyen. El dominio propio nos permite experimentar el autocontrol y equilibrio de nuestras emociones. Al mismo tiempo, el dominio propio nos permite ejercitar un buen juicio en todo lo referente a los pensamientos, emociones, actos y decisiones.

2. Falta de fe.

La ansiedad surge del pensamiento que viene a nuestras vidas acerca de qué sucederá mañana. La ansiedad es exceso del futuro. La incertidumbre acerca del futuro provoca ansiedad. Cuando dejas de poner tu mirada en Dios, eso provocará ansiedad en tu vida. Este día es necesario decirle adiós al afán. El afán, la ansiedad y el temor no se deben enseñorear de nuestras vidas.

En este fragmento de Mateo 6:25-34, Jesús nos comparte pensamientos que nos invitan a NO llenar nuestra vida de angustia. Quiero compartir cinco razones de por qué no debemos afanarnos:

1. Dios lo tiene todo resuelto. (Mateo 6:26)

La vida nos demanda recursos básicos para subsistir, como alimento y vestimenta. La mayoría de las personas que estaba sentada al pie del monte escuchando a Jesús, sabía que él hablaba sobre preocupaciones legítimas en sus vidas. Pero Jesús les dijo que no se afanaran. Dios ya tiene todo resuelto. A través de la interrogante que Jesús hizo, quería cambiar la mentalidad de aquellos que escuchaban. Cuando Jesús afirma que la vida es más que el alimento y el cuerpo es más que la vestimenta, quiere decir que Dios nos dio lo mejor, lo necesario y primordial, la vida y el cuerpo. Entonces, ¿cómo Dios no nos dará algo menor cuando ya nos ha dado lo mejor?

Dios no solo te formó, Él está pendiente de todas tus necesidades.

2. De nada sirve preocuparte. (Mateo 6:27)

¿Quién podría añadir o aumentar estatura a su cuerpo? De nada sirve preocuparte. Si hay cosas que no puedes hacer con tus manos, déjalas en manos de Dios. Debes estar claro de que no hay provecho en el afán. Deja que Dios se encargue de las cosas que traen afán a tu vida.

3. Afanarte es señal de poca fe. (Mateo 6:28-30)

Jesús les dice a todos lo que le escuchaban que ni aún Salomón con todo lo que tenía, se vistió de gloria como los lirios del campo. Si Dios lo hace con las plantas, lo hará con nosotros. La poca fe desagrada a Dios. Cuando caes en afán, lo único que haces es reflejar falta de fe.

4. Afanarse significa que no conoces a Cristo. (Mateo 6:31-32)

No puedes ser igual a los que no conocen de Dios, porque ellos se afanan en todas las cosas. Dios sabe todo lo que necesitas, y Él tiene pensamientos de bien para ti. ¿Estás dispuesto a dejar de lado el afán, y aprender a confiar y descansar en Dios? Las preocupaciones fueron hechas para los que no conocen a Dios.

5. Dios añadirá todo lo que te haga falta. (Mateo 6:33-34)

Dios añadirá todo cuanto te haga falta. ¿Cuándo? Cuando te concentres y apasiones por la única cosa que es verdad, el reino de Dios y su justicia. Donde habita Cristo, ahí debe estar puesta tu mirada.
 

Una de las cosas que el enemigo busca es que perdamos el dominio propio, que proviene de la revelación que tenemos acerca de Jesús. Cuando no buscamos incesantemente al Rey de ese reino que habla el versículo 33, somos presa fácil para perder el dominio propio en nuestras vidas. Es a través de la revelación de Jesús en nuestras vidas que podemos darle equilibrio a nuestros pensamientos, emociones y  acciones. 

Rendirnos delante del Rey no es perder, más bien es tener acceso a todas las añadiduras. Rendirnos es amar a Dios con todo lo que somos.

Introducción

Estamos viviendo un tiempo de mucha ansiedad, no solo por la crisis económica que estamos sufriendo a nivel mundial, sino por la inestabilidad social, moral, política etc. La gente hoy día no confía en nada ni en nadie. Nos prometen muchas cosas y no cumplen con su palabra.

Hay una seria situación de paro en muchos hogares. Estoy segura, bueno lo sé, que hoy aquí en esta tarde hay personas que habrán perdido su trabajo, estarán en paro, e incluso algunos sin poder cobrar el paro.

Esto trae ansiedad a la persona y a la familia.

Yo creo que todo el mundo por causa de nuestro pecado tenemos temores, ansiedades, luchas internas, preocupaciones, afanes etc. Yo misma lo he experimentado y muchas veces todos estos afanes y ansiedades por diferentes razones.

Todos nos afanamos y nos angustiamos, pero quiero que veamos un pasaje en esta tarde que nos habla precisamente de este asunto.

Necesitamos una palabra del Señor esta tarde para recordarnos que Él quiere que vivamos no con ansiedad o afán, sino en paz y reposo. Leer el pasaje Mateo 6:25-34.

El punto principal

Podemos ver que el punto principal del texto es que los discípulos estaban afanados por muchas cosas: por la vida, comida, bebida, cuerpo, ropa etc. (vv. 25, 31, 34).

¿Qué es afanarse? Entregarse al trabajo con actitud congojosa: desmayo, fatiga, angustia y aflicción de ánimo.

Vamos a mirar algunas razones de por qué no debemos tener esta actitud de afán y angustia por todas estas cosas:

1) La vida es más que comida y vestido (v. 25)

¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué tendemos a afanarnos por la comida y por el vestido? Porque hay tres cosas que perderíamos:

  • Perderíamos algunos placeres. La comida es un placer físico.
  • Perderíamos la alabanza humana y admiración si no llevamos ropa bonita o de moda.
  • Perderíamos una vida larga si no tenemos comida o ropa para cubrirnos, nos moriríamos.

Y Jesús responde si estás afanado por estas cosas: has perdido la vista de la grandeza de la vida. La vida no fue dada en primer lugar para los placeres físicos, sino para algo más grande: el disfrutar y gozar de Dios. La vida no fue dada para que tengamos la aprobación de la gente: sino para algo más grande, la aprobación de Dios. La vida no fue dada en primero para la extensión en esta tierra sino para algo más grande: la eternidad con Dios.

2) Los pájaros no trabajan pero Dios los tiene en cuenta (v.26)

Es Dios quien los alimenta. Cuando miramos a los pájaros, son criaturas que no actúan como si Dios los alimentara hoy pero no mañana. ¡Cuánto más nosotros que valemos más que los pájaros para Dios!

3) La ansiedad no te lleva a ningún lugar (v. 27)

El tercer argumento es muy pragmático: la ansiedad no te hace ningún bien. Cualquier problema que te esté causando afán, puedes estar segura que no disminuirá el problema por estar afanada. Lo único que hará es que estés deprimida, triste etc. mientras tratas con el problema. Por lo tanto no te afanes, es inútil.

4) Dios se deleita en adornar cosas (vv. 28-30)

Cuando miramos los lirios que no trabajan y sin embargo están adornados con una forma y colores tan bonitos, debemos sacar una conclusión si crees en Dios: que Dios se deleita en adornar cosas. Él podría haber hecho todo en blanco y negro y con la misma forma, pero lo ha hecho así, es un artista. Si Él se deleita en adornar la hierba, entonces su deleite estará en adornar a sus hijos con ropa.

5) Los no creyentes se afanan por la comida y la ropa (v. 32)

Si estamos afanosos por la comida y la ropa, nos ponemos al mismo nivel con el mundo de los no creyentes. Muestra que estamos como el mundo y pensamos y actuamos como ellos. No debe ser así con un verdadero creyente.

6) Tu Padre celestial conoce tus necesidades (v. 32)

Si nos afanamos por estas cosas también estamos mostrando que no creemos que nuestro Padre celestial conozca nuestras necesidades. El afán muestra que estamos demasiado cercanos al
mundo y demasiado lejos de Dios. Por lo tanto no te afanes.

7) Dios llevará tus cargas si tú buscas primero su Reino (v. 33)

Esto es una promesa de Dios. Cuando buscamos primero el Reino de Dios, Él obra de tal manera por ti y proveerá todas tus necesidades.

Dios quiere que tengamos nuestras prioridades bien puestas. Él quiere por encima de todas las cosas materiales, le busquemos a Él y a su reino.

Vamos a analizar este versículo porque es crucial. Lo primero que tenemos que hacer es buscar para encontrar. Y si tenemos que buscar es porque no lo tenemos. Buscar implica pensar, meditar, razonar, investigar etc.

Primeramente implica que es lo más importante en nuestra vida, no lo comida o la ropa sino el reino de Dios y su justicia. Es como si tenemos un accidente para ir al trabajo y estamos en el coche con las piernas rotas, y aún así decimos: pero tengo que ir a trabajar, es mi responsabilidad. Sí, está muy bien, pero es de locos. Lo mismo pasa a nivel espiritual, la comida y la ropa está muy bien que las busquemos, pero lo más crucial, lo primero de todo lo urgente es buscar el reino de Dios.

¿Qué es el reino de Dios y su justicia? No podemos tener un reino sin un rey. Tenemos que buscar al rey y ese rey es el Señor Jesucristo. Tenemos que buscarle con todo nuestro corazón (Jer. 29:13). El es el rey, Jesús quiere la preeminencia en tu vida no solo un lugar en tu vida. Jesús quiere ser el rey en el trono de tu corazón, no el vicepresidente, sino el rey.

Cuando vino Jesús a este mundo él predicaba que el reino de Dios se había acercado (Mat. 4:1710:7).

Ahora bien ¿dónde buscar este reino y a este rey? No en ningún lugar terrenal, porque Jesús dijo que su reino no era de este mundo (Jn. 18:36), entonces ¿dónde? En su Palabra. El nos ha revelado cómo llegar a conocerle a través de la Biblia. Allí nos dice cómo es este rey, cómo tener relación con él y cómo conocerle de manera personal.

Reconociendo nuestro pecado y creyendo en su obra en la cruz por nosotros (Jn. 3:16-18). Así Él llega a ser el rey de tu vida de tu corazón. El quiere que vayamos con fe a la cruz y tengamos perdón de pecados.

Conclusión: Cada día tiene suficiente adversidad por sí mismo sin anticiparnos a los problemas de mañana (v. 34). Por lo tanto yo te animo a través de la Palabra que no te afanes por nada en este mundo sino que busques a Dios, su reino, sus asuntos y todo lo demás nos será añadido.



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